¿Podré disfrutar la vida sin consumir drogas?

Realmente me sentía muy bien viviendo de esta manera, pero poco a poco empecé a ver que mi vida se transformaba en algo oscuro y peligroso. Yo no podía imaginarme una vida divertida sin consumir drogas, ya que las drogas generaron en mí la falsa ilusión de alegría, y digo que es falsa porque entendí que era una alegría artificial. Después del consumo siempre venía una tristeza profunda hasta más fuerte que dicha alegría que supuestamente sentía. Empecé a tener inconvenientes con mi familia, perdí la confianza de mis padres… con el tiempo también mi rendimiento académico bajó y no lograba concentrarme en mis actividades.  

A pesar de esto, no pensé que necesitara ayuda. Pensaba que podía controlarlo y a pesar de mis múltiples esfuerzos por mejorar... por controlarlo...por disminuir el consumo de algunas drogas y solo consumir las “más suaves”, no lograba hacer el cambio. Aunque quería hacer las cosas bien y realmente lo intentaba, de alguna manera cuando consumía terminaba “cagandola” y eso me dolía mucho… sentía que aunque no lo quisiera, estaba decepcionando a las personas que me querían.  

Con el tiempo entendí que sólo no podía lograrlo y luego de una gran crisis que tuve decidí aceptar la ayuda que me dieron mis papás  y empezar un proceso de recuperación.  

Al principio tuve mucho miedo de tener que abandonar a las personas y los lugares que frecuentaba, pero después de hacer el proceso me di cuenta de que de igual manera había muchas otras cosas que me daban sentido. Conocer diversas personas adictas en recuperación que transmitían una alegría realmente auténtica me hizo entender que si era posible vivir sin las drogas, y me hizo dar cuenta que yo quería esa alegría real que ellos estaban disfrutando.  Al permitirme compartir nuevos espacios me di cuenta que definitivamente nosotros los adictos podemos sin lugar a dudas disfrutar la vida, cada momento, un viaje, un deporte, una buena charla, relacionarnos, tener pareja, tener una buena relación con nuestros padres… y experimentar todos los espacios que antes no podíamos vivir sin el consumo desde la abstinencia y con una alegría profunda, real y duradera.

Después de terminar el proceso logré entender que el que tenía el problema era yo y que estaba en mis manos mantenerme limpio. Con el tiempo mi vida volvió a la normalidad, pude retomar la universidad, ser más responsable con mis cosas... y conseguí nuevos amigos que estaban dispuestos a apoyarte en mi proceso. Hoy vivo una vida completamente normal... puedo salir a rumbear y pasarla bien sin la necesidad de consumir drogas.  

Me mantengo limpio porque es un nuevo sentido que tengo en mi vida. He podido ayudar a muchos de mis amigos a tomar la decisión y esto se ha convertido en un propósito que hoy me hace disfrutar la vida.  

¿Podré superar algún día mi consumo? Claro que sí, si podemos, lo digo por mi experiencia, en la cual pensé que no podría hacerlo, y terminé superándolo.  Pensé que estaba destinado a morir a causa del consumo de drogas, y no fue así. Pensé que siempre iba a ser su prisionero, y terminé liberándome. Lo digo también por la experiencia de otros adictos a los cuales he podido ver en contra de todo pronóstico transformar su vida y librarse del consumo de drogas desde su primer día de abstención.  

Se puede detener el consumo y poco a poco al pasar los días– a pesar de la ansiedad que da en los primeros momentos de la recuperación– ir soportando y superando las crisis.  Claro está, es más fácil hacerlo acompañado de profesionales expertos en el área y de otros adictos que viven en el mismo dolor que uno está viviendo. Sentir que no somos los únicos, y ver cómo otros se recuperan, nos ayuda a motivarnos para hacer los cambios que necesitamos hacer.

Hoy me siento agradecido con lo que pasó. No pensé que fuera a lograrlo pero definitivamente vivir en recuperación vale la pena. Hoy disfruto la vida al máximo y me siento tranquilo porque creo que ha sido de las mejores decisiones que he tomado por mi.  

La manera de superar mi adicción no solo fue dejando de consumir, sino también en mayor medida trabajando en mí las causas de dicho consumo...entender qué función tenía consumir, cuál era la razón de fondo por la cual lo hacía, en resumidas cuentas, realizar un proceso completo y profundo que me transformó de adentro hacia afuera.  Al reemplazar mis viejas maneras para enfrentar la vida por nuevas estrategias,  logre por fin vivir en libertad.